LAS TAPAS EN ESPAÑA
La gastronomía es una de esas grandes aficiones que traspasan fronteras. Lo que comemos y cómo lo comemos es algo más que alimento, es una importante parte de la cultura de un país o una región. Tanto, que uno de los aspectos culturales más internacionales de España son productos autóctonos como el jamón ibérico o el aceite de oliva. Pero lo más famoso de nuestra gastronomía quizás sean las tapas, también llamadas pinchos.
En este artículo os explicamos qué son, cuál es su origen y las más habituales y famosas a lo largo y ancho de nuestra geografía. También os dejamos unas cuantas recetas para que aprendáis a preparar vuestras propias tapas. Así se os quita el gusanillo hasta que vengáis a vernos a Berceo y podáis probar al natural las mejores tapas de Salamanca.
¿Qué son?
Las tapas son pequeñas porciones de comida que tomamos como acompañamiento a la bebida, normalmente antes de una comida principal como el almuerzo o la cena. Aunque también es muy habitual, en algunos fines de semana o días festivos, ir a varios bares o restaurantes y comer una o dos tapas en cada uno de ellos. A esto le llamamos «ir de tapas» o simplemente «tapeo».
Hay muchísimos tipos de tapas en España, a las que también llamamos «pinchos». Algunas son más elaboradas, otras más sencillas. Pueden ser alimentos crudos o cocinados, vegetales o de carne, para comer con las manos o «de cuchara». Lo que tienen en común es que son porciones pequeñas, y que todas están deliciosas.
Origen de las tapas
Hay diferentes historias casi legendarias sobre el origen de las tapas. Aquí os contamos tres de las más conocidas.
La historia más antigua sobre el origen de las tapas en España tiene como protagonista al rey Alfonso X el Sabio. Debido a una enfermedad que padecía, el rey debía tomar varios tragos de vino al día. Para paliar los efectos del alcohol y no emborracharse, acompañaba estos tragos de vino con pequeños bocados de comida. Tras recuperarse de la enfermedad, decretó que en los mesones y tabernas de Castilla debía acompañarse el vino que se servía con pequeñas porciones de comida, para que el alcohol no afectara tanto a los clientes. Es decir, la comida tapa o esconde los efectos del alcohol.
Otra historia sobre el origen de las tapas nos lleva unos 200 años después, al reinado de los Reyes Católicos. Debido a los incidentes por embriaguez que ocurrían a las salidas de las tabernas, se empezó a obligar a los taberneros a servir las bebidas tapadas. Es decir, sobre el vaso de vino o cerveza se ponía una tapa, un plato con algunos pedazos de comida fría, que había que comer antes de comenzar a beber. De nuevo, la comida servía para tapar los efectos del alcohol.
Tenemos otra leyenda en la que los protagonistas varían. En algunas versiones también son los Reyes Católicos, en otras su descendiente Felipe II. Según esta historia, cuando los monarcas viajaban por Castilla, los taberneros les servían las bebidas cubiertas por un pedazo de queso, jamón y otras carnes o embutidos. Así, cuando no estaban bebiendo, podían tapar el recipiente con el pedazo de comida, es decir con la tapa, para que las moscas o el polvo no cayeran en el vino o la cerveza.
Seguro que conocíais algunas de estas historias. Dejadnos un comentario y nos decís cuál pensáis que es más probable que sea la verdadera leyenda del origen de las tapas.
¿Cuáles son las tapas más populares en España?
Aunque muchas tapas son originarias de ciertas regiones, como veremos más adelante, otras se pueden encontrar en bares y restaurantes de toda nuestra geografía. Aquí tienes algunas de las tapas más habituales en los aperitivos españoles.
Croquetas – uno de los platos más populares de la gastronomía española, las croquetas consisten en una salsa bechamel muy espesa a la que se añaden otros ingredientes. Pueden ser de jamón, de queso, de chorizo, de bacalao, de cocido… Esta masa se empana, es decir, se cubre completamente con pan rallado, y después se fríe en aceite de oliva. Exquisitas.
Tortilla de patata – el plato más internacional, junto con la paella. Una receta tradicional que a día de hoy sigue siendo la favorita de muchos. Aunque los cocineros han innovado mucho con este clásico y encontramos tortillas de patata con diferentes ingredientes y diferentes tipos de relleno, la receta original con patata, cebolla y huevo, frita en aceite de oliva, se mantiene como un manjar que todo el mundo debe probar. Imprescindible.
Empanadillas – consisten en una masa fina, a veces de hojaldre, en la que se introduce un relleno dulce o salado, y después se fríen en aceite de oliva muy caliente. Son de pequeño tamaño, no más grandes que la palma de la mano. El relleno más habitual suele consistir en pimiento y cebolla rehogados, a lo que se añade aceitunas, atún, tomate frito y huevo, aunque hay muchas recetas diferentes, todas deliciosas. También son muy populares en Argentina y otros países latinoamericanos, donde suelen rellenarse con carne.
Calamares – una tapa de marisco muy económica que podemos encontrar en todo nuestro país. Los pedazos del calamar están cortados habitualmente en forma de aros, que se rebozan en huevo y harina y después se fríen, en aceite de oliva, por supuesto. Antes de comerlos se les puede echar un poco de limón, según los gustos. Es de reseñar el madrileño «bocadillo de calamares», una tapa tan sencilla como resultona, que consiste en poner los aros de calamar entre dos pedazos de pan.
Patatas bravas – muy sencillas de preparar y sorprendentes al paladar. La receta más habitual consiste en dados de patata fritos en abundante aceite de oliva, y aderezadas con una salsa picante. De aquí viene su nombre, ya que bravo o brava puede significar fiero, valiente o enfadado. Hay que ser muy valiente para probarlas, pero seguro que nadie se enfada con su exquisito sabor.
Tostas – podemos degustar infinidad de tostas diferentes, ya que es una tapa muy sencilla de preparar. Sobre un pedazo de pan tostado se colocan diferentes alimentos, que pueden ser más simples o más elaborados, cocinados o crudos. Es un tipo de tapa en el que encontramos muchísima variedad, aunque es muy habitual la tosta de jamón con aceite. Una gran manera de degustar dos de los productos más identificativos de la gastronomía española, jamón ibérico y aceite de oliva.
Paloma – un plato muy popular en España es la llamada ensaladilla rusa, que se elabora con patata y zanahoria cocidas, guisantes, huevos duros y atún en aceite, todo ello aderezado con una buena cantidad de salsa mahonesa. Por todo el país encontramos algunas tapas que son diferentes variaciones de este plato, como la paloma. Consiste en un pedazo de trigo frito, al que llamamos corteza o cuero, relleno con ensaladilla. Tienes que probar esta presentación tan original y llamativa.
Chorizo – junto con el jamón, nuestro embutido más internacional. En muchos bares y restaurantes podemos degustar unas lonchas de exquisito chorizo curado. No obstante, como tapa es más normal encontrar chorizo para cocinar, y no curado, elaborado de diferentes maneras. Por ejemplo, podemos degustar chorizo criollo a la parrilla, guisado con patatas y verduras, con vino blanco o a la sidra… Diferente manera de elaborarlo, pero siempre está para chuparse los dedos.
Pulpo a la gallega – el «pulpo a feira» consiste en pulpo cocido acompañado de patatas, aceite de oliva, sal gorda y pimentón. Una receta aparentemente sencilla, originaria de Galicia, que ha conquistado los bares y restaurantes de todo nuestro país. En honor a su origen, el nombre más habitual que recibe es «pulpo a la gallega». Imprescindible probarlo, ya sea en su tierra natal o en cualquier otra zona, su sabor es siempre espectacular.
Pimientos fritos – uno de los productos más presentes en las huertas de todo el país. Además de ser un ingrediente imprescindible en muchos platos, también los encontramos como una de nuestras tapas más tradicionales. Los pimientos, normalmente verdes aunque también podemos encontrar pimientos rojos fritos, se cortan a lo largo, en dos mitades, y se fríen en aceite de oliva con ajo. Tan sencillo como delicioso, una de las variedades más populares son los llamados «pimientos de Padrón», originarios de Galicia, pequeños y de color verde, y muy sabrosos. Cuidado, que entre los de esta variedad, «unos pican y otros no».
Las tapas más famosas en sus regiones de origen
Murcia – Las marineras. Es una rosquilla de pan en la que se coloca una porción de ensaladilla rusa y sobre ésta, una anchoa. Otra presentación original y llamativa para un plato tan típico como es la ensaladilla.
Madrid – Entresijos y gallinejas. Bajo este nombre tan sorprendente se esconde una de las tapas más típicas de Madrid. Este platillo tan tradicional consiste en la carne de la zona abdominal del cordero, así como parte del estómago, bien fritos en aceite de oliva. A pesar de ser una zona del animal que quizás no estamos habituados a comer, esta tapa os resultará tan sorprendente como deliciosa.
San Sebastián (Donostia)– Gilda. Se insertan en un palillo o pincho una aceituna, una guindilla y una anchoa. Este tipo de pinchos, en el que diferentes alimentos se insertan en un palillo, se come en todo el país y se denomina «banderilla». Normalmente son parecidos a la Gilda donostiarra, y se preparan con diferentes verduras conservadas en vinagre (encurtidos) y pescados o mariscos cocidos y también en conserva. Si las pruebas en Donostia estarás comiendo un «pintxo», que es como se escribe esa palabra en el País Vasco (Euskadi).
Canarias – Papas arrugadas. Patatas cocidas de una variedad muy pequeña, cultivada en Canarias, acompañadas por dos salsas originarias de ese archipiélago: el mojo verde y el mojo picón. La primera, el mojo verde, es una salsa a base de ajo y cilantro. El mojo picón se elabora con aceite de oliva y lleva ajo, pimienta, guindilla y pimentón. Ambas salsas son aderezo de muchos platos típicos de las islas.
Cataluña – Pan tumaca (pan amb tomàquet). Una receta muy simple cuyos ingredientes son pan con tomate, sal, aceite de oliva y ajo (opcional). Es tan simple y deliciosa que se ha extendido por toda la Península. También se acompaña con jamón, tortilla, embutidos variados o queso.
Andalucía – Pescadito frito. La Comunidad Autónoma localizada más al sur de la Península Ibérica tiene más de 1000 kilómetros de costa, bañada por el mar Mediterráneo y en menor medida por el océano Atlántico. Con semejante contexto natural, no es de extrañar que la tapa más popular en esta región sea el pescado frito. En toda la costa andaluza podemos degustar muy diferentes variedades de pequeños peces y mariscos, que se suelen cocinan de manera similar. Primero se rebozan en huevo y harina, y después se fríen en aceite de oliva. Hay quien les echa un poco de limón, según los gustos, pero con o sin toque cítrico, nunca decepcionan.
Bonus: las tapas en Salamanca.
Nuestra ciudad cuenta con muchísimos bares y restaurantes en los que, junto a tu bebida, podrás disfrutar de unas exquisitas tapas. La variedad de locales y tapas para degustar es increíble, y al ser una ciudad llena de estudiantes, los precios son muy económicos. Las tapas más típicas son las patatas meneás con torreznos, la jeta y la chanfaina.
Las patatas meneás, o patatas revolconas, consisten en un puré de patatas cocidas que después se pasa por la sartén. Previamente, hemos tostado en esa sartén los torreznos que acompañan a las patatas. Los torreznos son tiras de grasa de cerdo, con algo de piel y carne, que se comen como ingrediente de algunos platos o como guarnición. Sobre la grasa que sueltan al cocinarse se echa un poco de pimentón picante, pimentón dulce y ajo, y después añadimos y removemos bien el puré de patatas… y listo. Muy fácil elaboración y exquisito sabor.
La jeta es una tapa que se puede encontrar en otros lugares de Castilla y León o Madrid, pero es la tapa salmantina por excelencia. Es el hocico del cerdo, y normalmente se cocina asada, aunque en algunos bares podemos encontrarla frita, y después se corta en pequeños pedazos para su fácil consumo. Al cocinarse el hocico del animal sin retirar la piel previamente, ésta forma una capa crujiente sobre la parte más carnosa. Obligatorio probarla.
La chanfaina salmantina es un plato cuyos ingredientes principales son el arroz y algunas vísceras de cordero, como manitas, callos y sangre cocida. El uso de esta carne junto con el comino como especia principal, nos habla de las reminiscencias árabes de este plato. En ocasiones se elabora también con cerdo en lugar de cordero. Normalmente el arroz conserva una buena cantidad de agua o caldo, lo que se llama arroz caldoso así que lo más habitual es comer este plato con cuchara. Muy sabroso.
Seguro que este artículo os ha abierto el apetito, así que en Berceo Salamanca os esperamos para hacer una deliciosa ruta de tapas en la que probar todas las que podamos. ¡Que aproveche!
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Diseño del póster Las Tapas: Elena López Ayuso
